Una region toda de descubrir...
Historia de Calabria
Los
más antiguos testimonios de la presencia del hombre en Calabria se
remontan a la edad de piedra. Ya desde la antigüedad, la Calabria, dad
su posición geográfica, ha tenido contactos comerciales con los otros
pueblos del Mediterraneo y fue siempre considerada un punto estratégico
por lo cual fue siempre codiciada, y sufrió diversas invasiones.
Estuvieron los griegos, los lucanos, los bruzi, los cartagineses,
invasiones de los bárbaros, visigodos, longobardos, bizantinos,
normandos, aragoneses, y borbones. Con los últimos grupos se formo el
Reino de las dos Sicilias, hasta que Garibaldi la liberó de los
borbones, y entró a formar parte del Reino de Italia.
En los diez siglos de la edad media, existieron diversos periodos con
las Dominaciones barbáricas (476-800), el Feudalismo (800-1000), los
Municipios (siglos XI- XIII); las Señorías y los Principados (siglos
XIV y XV) que empeoraron las condiciones de la patria italiana.
Los Longobardos dominaron mayormente las regiones del norte de Italia,
mientras que los Bizantinos, en el siglo VII ocuparon las regiones de
Sarcato romano, Calabria, Bruzzio, Sicilia, Cerdeña y Corsega.
En el traspaso de las dominaciones barbaricas al período feudal, el sur
de Italia, se vio ocupado por las conquistas, mientras que en el norte
estaba el Estado de la Iglesia, limitando la supremacía del Imperio de
Carlo Magno. Y en este escenario comenzaron a aparecer los señores
feudales, castillos y caballerías.
Entorno al mil, el sur de Italia y en particular los territorios que
pertenecen a la Calabria continuaron siendo territorios bizantinos,
mientras que Salerno y Sicilia estaban ocupados por los sarracenos:
quedando fuera de aquello que era llamado el Reino de Italia, y a la
mitad del siglo XII se llamó Reino de Sicilia y Puglia.
En Italia meridional, antes de los Normandos, los Bizantinos habían,
poco a poco, perdido terreno, Sicilia había pasado bajo el dominio de
los Árabes, y ya cerca del mil los Bizantinos quedaban solamente en
Puglia, Basilicata y Calabria.
Del general decaimiento económico en el período feudal y barbarico, se
habían salvado las ciudades costeras del “Mezzogiorno”, que mantenían
relaciones comerciales con el Oriente bizantino.
En los primeros años después del mil, llegó a Italia meridional un
pueblo del norte de Europa, los Normandos, que hicieron una única y
fuerte monarquía para Italia meridional y Sicilia.
Los Normandos, originarios de Escandinavia, llegaron desde Francia,
intrépidos navegantes y fuertes guerreros, se asentaron el
“Mezzogiorno”.
Rugero II, hijo del conquistador de Sicilia, reunió los dos dominios en
una única y gran monarquía que se intitulo de Sicilia aún comprendiendo
el “Mezzogiorno” de la península. Los Normandos aceptaron todo lo bueno
que encontraron, las diversas culturas sometidas conservaron su
fisonomía y fueron libres de seguir sus propias costumbres; y floreció
una civilización bizantino-arabe-normanda, que tuvo su centro en la
corte de Palermo.
En el 1190 con el matrimonio de Enrique VI con Constanza de Altavilla,
heredera del Reino normando, y por efecto de este matrimonio la Casa de
Suabia adquiere la nueva corona de Sicilia, tomando el Mezzogiorno
como amenaza al Estado de la Iglesia.
Los señores feudales franceses si hicieron odiar por la población
isleña, y una gran revuelta, llamada “Vespri siciliani”, explotó en 1282
comenzando la caza a los franceses, luego de la cual los sicilianos
rebeldes obtuvieron la ayuda de Pedro II, rey de Aragón (España).
Finalmente a los Angioinos les quedo la parte meridional de Italia,
mientras que los Aragones hicieron posesión de Sicilia, y se rompió la
unidad del Reino meridional que no encontró más el esplendor de los
tiempos normandos y de la casa suabia.
En el siglo siguiente las luchas se repitieron y el trono fue debatido
entre los Aragones de España, que ya poseían Sicilia, y la casa
Angioina de Francia. Ganando Alfonso V de Aragón (1442) llevó a la
reunión entre Napoles y Sicilia. El Reino de Napoles llegaba hasta el
Estado de la Iglesia, por lo tanto comprendía todo el sur de Italia.
En 1503, luego de largas luchas, España logró una gran victoria sobre
los franceses, tomando posesión por completo del Mezzogiorno.
En los siguientes años, España posee Lombardía, el Napolitano, Sicilia y
Cerdeña, que constituían cuatro gobiernos dependientes de la corte de
Madrid. La población sufrió la miseria y las pestilencias. En el
Mezzogiorno se dio el más alto grado de atraso de la civilización, donde
la miseria era más negra y por lo tanto más facilmente la desesperación
explotaba en revueltas. La revolución más importante fue la napolitana
de 1647, pero la reacción de España fue despiadada y las cosas
volvieron a ser como antes.
Luego de las tres guerras de sucesión, en la segunda mitad del siglo
XVIII, los territorios del Reino de Napoles y Sicilia fueron pasados al
dominio de las Casas de Borbón.
Luego de la primera invasión napoleónica, fue quitado el Reino de Napoles a los borbones y transferido al hermano de Napoleón.
En este período (napoleónico), muchas barreras habían caído,
presentando Italia tres divisiones: las provincias anexas al Imperio
frances, el Reino de Napoles, y el Reino Italico.
Florecieron en es tiempo muchos nobles ingenios, dos poetas cuyas obras
están estrechamente conectadas a los tiempos napoleónicos son Vincenzo
Monti y Ugo Fascolo.
Hacia 1815, Italia se ve de nuevo fraccionada, dando inicio al programa
de liberación que luego cumplirá la unificación. Más tarde en las
filas “mazzinianas” (Giuseppe Mazzini) explota una revuelta en Cosenza y
se hace, en 1844, una expedición a Calabria.
En la primavera de 1848, cuatro Estados italianos entraron a ser
constitucionales: el Reino de Cerdeña, Granducado de Toscana, el
Estado Pontificio, y el Reino de las dos Sicilias.
En 1860 Garibaldi recoge un millón de voluntarios y parte hacia
Sicilia, y logró vencer a los Borbones, mientras el gobierno
provisorio de Crispi, en Palaremo daba inicio a una serie de reformas.
Al momento de unidad, en 1861, la más grande ciudad era Napoles, la capital de los Borbones con 450.000 habitantes.
Mientras tanto los sicilianos se rebelaron a Garibaldi, y son tiempos
bien descriptos en la novela “Il gattopardo” de Giuseppe Tomasi di
Lampeduza. – “se vogliamo che tutto rimanga com’è, bisogna che tutto
cambi”.- {si queremos que todo permanezca como esta, es necesario que
todo cambie}.
En el primer período del Reino de Italia, sube al gobierno la Derecha,
produce una gran recesión económica, en pocos años desaparecen los
grandes protagonistas del “Risorgimento” (Mazzini, Vittorio Emanuele II,
Pio IX, Garibaldi), y llega al poder una nueva clase dirigente, la
Izquierda, dando inicio a una nueva oleada de transformaciones. La gran
ausente, también en los gobiernos de Giolitti (1903), es la política
para el desarrollo del “Mezzogiorno”, donde la mafia y la camorra son
toleradas y frecuentemente, utilizadas por el Estado.
El sur resulta un gran peso económico y el Estado mantiene la enorme y
costosa burocracia administrativa, llevando al desorden y las
crecientes demostraciones de protesta.
Las diferencias entre el norte industrial y centro-sur agrícola, se
reflejan en el paisaje de estos decenios, por un lado nacen las
industrias y por el otro la nada en los campos. Las zonas más pobres en
Italia meridional se descongestionan de población, haciendo también
más posible encontrar trabajo a los que se quedaban. Poco a poco, nace
una gran oleada de emigración, que privilegia a la Argentina y algunos
otros países de Sudamérica, y las zonas del Este de Norteamérica como
New Jersey.
Vanina Carla Cortese.-